Un bastón en honor de San Blas

De aspecto brillante y marrón, esta especie de caramelo es un dulce muy apreciado desde hace siglos. Aún hoy, son típicos de la festividad en honor a San Blas, patrón de las dolencias de garganta. La forma de báculo (o bastón) de esta delicia recuerda la condición de obispo de San Blas. 

Hoy en día, este dulce forma parte de una importante tradición local, que implica el intercambio de la gancha y del pito de Santa Lucía entre novios, amigos o incluso pretendientes. 

Antiguamente, los días 2 y 3 de febrero, acudían a Vila Real cientos de personas para venerar a San Blas. La fiesta se celebraba en las “puertas de la ciudad” junto a la zona que rodea el cementerio de San Dionisio y Vila Velha, y los devotos acudían a esta romería para curar los males relacionados con la garganta. 

Con la costumbre de visitar al santo, se adquirió el hábito de comprar un caramelo elaborado a propósito para la fiesta y que servía para atenuar algún padecimiento. Las vendedoras decían incluso que tenían propiedades medicinales y que era eficaz para proteger contra las anginas y el garrotillo. 

Tradición que no se pierde

La gancha (especie de bastón) de San Blas está disponible en espacios comerciales y se vende especialmente con motivo de la fiesta en honor al santo. «Aún se hace por la tradición y porque hay mucha gente a la que le gusta regalarlo. Se supone que su historia tiene origen popular, lo que también explica que se mantenga con esta fuerza», explica Rosa Cramez, propietaria de Casa Lapão, donde todavía se elabora. 

El dulce se vende bastante, ya que existe una gran demanda por parte de los clientes del sexo masculino. Estos compran la gancha para entregársela a sus mujeres, como respuesta al pito (un tipo de pastel) de Santa Lucía, que estas le regalaron, con anterioridad, el 13 de diciembre. Esta es una costumbre muy arraigada en Vila Real, tanto entre los más jóvenes como entre los más mayores, pasando por los estudiantes universitarios, que encuentran en este ritual una forma de dar rienda suelta a sus amores y desamores. 

Por este motivo, resulta comprensible que las ventas y la gran producción tengan lugar a principios de febrero. Así, los días 2 y 3 de este mes, se garantiza que se responderá a la demanda y que las ganchas llegarán a las manos de las mujeres enamoradas. «Sólo lo vendemos en ese momento o si nos hacen un pedido específico. Se trata de un producto de temporada, porque fuera de temporada no resulta tan fácil venderlo», aclara Rosa Cramez. 

Con un sabor bastante dulce, la gancha de San Blas acabó convirtiéndose en una delicia casi obligatoria en estos días festivos. Sobrevive más por su tradición que por ser un producto muy elaborado o de elaboración compleja. 

Para confeccionar esta golosina basta con preparar una cazuela con azúcar y agua, contar con una encimera de mármol fría y untada, y cierta destreza con las manos cuando llega el momento de moldearla. Se echa ¼ de litro de agua por kilogramo de azúcar y se deja hervir hasta que se alcanza el punto de caramelo. 

Cuando la masa está en su punto, se echa sobre una piedra de mármol previamente untada con algún tipo de grasa, que puede ser tanto manteca como margarina. Se va removiendo con una espátula hasta que, con el frío del mármol,  enfríe y así gane la consistencia deseada. Posteriormente, mojando las manos con frecuencia, se va moldeando el caramelo hasta obtener la forma de un bastoncito. Una vez moldeado, se envuelve en papel de seda, en la zona del mango.  

Rosa Cramez cuenta también que muchos de los turistas y compradores que adquieren este manjar azucarado se interesan por su origen. «La sensación que tengo es que, hoy en día, la gente no viene sólo a comprar, sino que también vienen buscando historias y acaban quedando encantados con las que se pueden oír aquí. Muchas veces, hasta les invitamos a ver cómo se hace. Vendiendo así el producto, también estamos vendiendo la historia de la región”.

Rima popular

Eu vou ao São Brás (Voy al San Blas)

De cu para tras (con el culo para atrás) 

buscar uma gancha (a buscar una gancha) 

para o meu rapaz (para mi rapaz)

Eu vou ao São Brás (Voy al San Blas)

de cu para a frente (con el culo para el frente)

buscar uma gancha (a buscar una gancha)

para a minha gente (para mi gente)

Eu vou ao São Brás (Voy al San Blas) 

de cu para o lado (con el culo para un lado) 

buscar uma gancha (a buscar una gancha) 

para o meu namorado (para mi enamorado)

 

 

Texto: Patricia Posse | Daniel Faiões