Régulas: dulces tributos a la ciudad y a sus gentes

Son delicias que seducen al más precavido excursionista por tierras del Duero. Son simbiosis de sabores que convocan el impulso de la gula. En Peso da Régua, tierra del vino generoso por excelencia, Maria do Céu Pires hace nacer otros dulces que se disuelven en el paladar. la ferreirinha y la régula.


Una creación a la medida de Régua

En 2005, con motivo de la conmemoración de los 20 años de la concesión del título de ciudad a Régua, Maria do Céu inventó la régula. «Es una reglita que hice con hojaldre, con una crema que sabe a avellana, yema de huevo y vino generoso. Siempre intento utilizar el vino en los dulces regionales».

De color perlado y textura crujiente, la régula tiene una forma rectangular, ligeramente ondulada en las puntas. La elaboración exige que, una vez enfriado el azúcar al punto, se añada la avellana, el vino fino y las yemas de huevo.

Maria do Céu espolvorea la mesa con harina para extender la masa. Con un cuchillo corta varios rectángulos sobre los cuales, posteriormente, echa la crema. El último paso es poner una “r” hecha de masa sobre el pastel.

Después de ir al horno, la régula se salpica con azúcar y «se mantiene 15 días fresquísima». «A la gente le gusta la crema, porque tiene un sabor diferente», destaca.

Para la venta, la régula se pone en cajas lacradas con la letra “r” o se acompaña con una etiqueta autoadhesiva obra de Maria do Céu, donde explica los orígenes de esta delicia.

Según algunos historiadores, la localidad de Peso da Régua ya se encontraba habitada en la época de las invasiones romanas. Así, el topónimo “Régua” deriva de “villa Regula”., una casa de campo romana enterrada en el lugar donde hoy se encuentra la ciudad.

Con respecto al epíteto “Peso”, algunos defienden que se debe al lugar en el que se pesaban las mercancías para el pago de los impuestos.

En 1836, Peso da Régua se convirtió en municipio y el 14 de agosto de 1985, la población fue elevada a la categoría de ciudad. Veinte años más tarde nació la régula como un «dulce homenaje a la ciudad princesa del Duero».

La producción semanal oscila entre las 100 y las 150 régulas, teniendo en cuenta que los fines de semana aumenta la demanda. El precio por unidad no pasa de los 90 céntimos.

Maria do Céu sabe que, a través de las manos de los emigrantes, sus dulces ya han llegado hasta Angola, Brasil, Francia, Suiza e Inglaterra. Los turistas que visitan su espacio y se dejan perder en sensaciones gustativas «dicen que cada una es mejor que la anterior».

 

 

Texto : Patricia Posse | Daniel Faiões

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