El alma del Duero en la cara del barro

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El alma del Duero en la cara del barro

Cuando el arte vive entre la palma de la mano y la punta de los dedos, las piezas «nacen siempre diferentes y fruto de la imaginación». En las obras de Alexandre Fandino, maestro de la alfarería figurativa, el Duero es una especie de marca​...

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Presentación 

Cuando el arte vive entre la palma de la mano y la punta de los dedos, las piezas «nacen siempre diferentes y fruto de la imaginación». En las obras de Alexandre Fandino, maestro de la alfarería figurativa, el Duero es una especie de marca de agua, muy patente en la presencia de parras, uvas, barcos, botellas de espumoso o de vino.

«Son belenes del Duero, Niños Jesús del Duero, San Antonio del Duero, Reina Santa Isabel del Duero, Nuestra Señora de la O, cruces del Duero, gallo del Duero», enumera. Su estilo inconfundible se sirve también de la conservación del color rojizo de la materia prima: “mi marca es no pintar y mantener el barro natural, porque eso cautiva».

Tampoco faltan adornos navideños, medallas con figuras bíblicas y, pensando en los niños, mariposas, corazones, delfines, peces, estrellas y herraduras. El artesano recrea también los caretos de Lazarim, de diversos tamaños y formas.

Alexandre Fandino, de 54 años, comenzó a jugar con el barro cuando todavía estaba en la escuela, pero fue más tarde cuando la fuerza inspiradora del Duero le impulsó a iniciarse en estas lides artísticas.


Avidez de los coleccionistas

Fandino trabaja, básicamente, para coleccionistas de arte sacro, moldeando belenes (los más grandes pueden llevarle de tres a cinco días), figuras de San Antonio y de Cristo, entre otras.

En 1998, el ceramista consiguió el primer puesto ex-aequo en el XIII Concurso de Nacimientos de la Asociación de Artesanos de Lisboa y diez años más tarde fue distinguido con el Premio Anim’Arte 2008 Producción Artística Escultura.

Todos los días, entre las 18:30 h y la media noche, el barro se incrusta en las huellas digitales de Fandino. De su taller, en Lamego, garantiza que ya han salido «miles de piezas» que, actualmente, se encuentran repartidas por los cinco continentes.

Maria Cavaco Silva, D. Ximenes Belo, Vitorino de Almeida, Fernando Tordo, Mariza, Paulo Portas y Jaime Gama son algunas de las figuras públicas que han adquirido sus creaciones.

La pieza más cara que ha vendido superó los 300 euros. «Tengo imanes a partir de 2,50 euros y belenes de 15 a 150 o 200 euros», añade.


Barro, alfileres, botones y palitos

Los fines de semana, Fandino se refugia en el muelle de Pinhão, donde tiene un puesto y, a veces, público. “Los turistas no se esperan encontrarlo aquí trabajando en directo y les gusta mirar y sacar fotos».

En el “cósmico y cosmopolita Pinhão” de Miguel Torga, coge el barro y comienza «a crear espontáneamente», sin la ayuda de ningún boceto. Las marcas se hacen con botones antiguos, palitos, alfileres, pajitas.

Sobre una mesa adaptada (y portátil), con un rodillo de amasar, pone el barro «lo más derecho posible». A partir de ahí, sus dedos, la principal herramienta, bien lo abrazan, bien lo salpican con agua.

Fandino gira la pieza con la hoja de periódico sobre la que se asienta. Utiliza una u otra forma para «hacer los círculos o los cuadrados», pinceles para alisar o pegar y, con la ayuda de un imperdible completamente abierto traza los surcos en el barro.

Por último, deja su marca personal: firma, año y la referencia a Lamego. Los objetos se dejan secar durante tres días antes de meterlos en la mufla (horno), donde se cuecen a una temperatura que oscila entre los 850 y los 1.100 grados. Cada hornada puede llevar entre 60 y 80 piezas.


Opciones estéticas

En esta pasión por moldear el barro se mezclan las ganas de trabajar con la necesidad de crear. «Siempre intento innovar. En la pieza de la fuga de Egipto hacia el Duero, hice las pirámides y puse a la Virgen y a San José huyendo hacia el Duero».

Imagínese a un Niño Jesús tumbado en una cuna hecha de parras, la Sagrada Familia navegando en una embarcación del Duero o un San Antonio predicando a los peces, leyéndole una historia al Niño Jesús o cargándolo en un cesto de uvas.

Al desafiar las formas convencionales de la Sagrada Familia, Fandino se enorgullece de su originalidad. «Nadie imaginaba poner un belén en un barco que tuviese como base una botella de champán para conmemorar el nacimiento del Niño. La gente lo aprecia y dice que fui bastante creativo.»

Al final de la soleada mañana, los transeúntes se aproximan a las mesas de Fandino, que sigue moldeando con celo la siguiente pieza, rodeado por el paisaje del Duero, su eterna musa.

Texto: Patrícia Posse | Daniel Faiões 

Horarios/Precios 
Contactos 
Propietario/Responsible
Alexandre Fandino
Residencia
Lugar da Ortigosa, 5 – R/C
5100 Lamego
Celular
+351 968 276 415
Latitud
41.10189519072919
Longitud
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