Depósitos que envejecen el Duero

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Depósitos que envejecen el Duero

De las hábiles manos de José Mesquita salen recortes de madera que dan lugar a pipas en miniatura. Conocedor de los secretos de la profesión desde hace ya 57 años, el artesano de Sande sigue desempeñando​...

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Presentación 

De las hábiles manos de José Mesquita salen recortes de madera que dan lugar a pipas en miniatura. Conocedor de los secretos de la profesión desde hace ya 57 años, el artesano de Sande sigue desempeñando el arte que aprendió en otros tiempos.

Este tonelero de la vieja guardia obtiene la materia prima necesaria para llevar a cabo su trabajo de toneles y tinas antiguas. En ellos se guarda el bien más preciado del Duero, el vino de Oporto, ese néctar sublime que llena de orgullo a toda una región.

El apego por las maderas que sintió desde siempre impulsó a este hijo del Duero a dedicarse a esta labor. Debido a las dificultades vividas en aquella época, el maestro se vio obligado a aprender un oficio. «Comencé en la profesión a los 14 años y siempre he trabajado en esto. Fui con un maestro y con él lo aprendí todo, desde el comienzo hasta el acabado de las piezas», cuenta.

Hasta los 16 años, José permaneció como aprendiz y sin derecho a sueldo. La única paga era un contacto privilegiado con las maderas y las enseñanzas que le servirían para la vida. «Con el primer maestro sólo aprendí los misterios de este arte, después tuve otro que me pagaba 7,5 escudos», recuerda.

Una vez finalizado el servicio militar y tras haberse comprometido con una empresa inglesa, en la que trabajó durante 39 años, José Mesquita se dedicó finalmente a su taller. “En la empresa no trabajaba estas piezas pequeñas. Era todo enorme porque eran depósitos para guardar y envejecer grandes cantidades de vino. Hacíamos balseiros o cubas, como aquí les llamamos, donde cabían cuatrocientas y pico pipas de vino. Se necesitaba una hacienda muy grande para producir vino que llenase una cuba de aquellas», aclara.

José no se entregó a la producción de piezas a pequeña escala hasta más tarde.
«Después de jubilarme, empecé a entretenerme con esta artesanía y me inicié en estas miniaturas que ahora hago. Sigo haciendo toneles y balseiros, pero ahora estos sirven para que la gente pueda guardar el vino en casa, en un lugar adecuado».


El tiempo como compañero

Cada pieza lleva, de media, tres días, pero se trata de un trabajo incansable que se desarrolla «de la mañana a la noche». En los estantes del taller están esparcidas las herramientas del artista, adquiridas hace varios años. Con estos confidentes y aliados de toda una vida José da rienda suelta a su talento.

Formones, garlopas, serruchos y madera de calidad son la garantía de piezas excelentes. La madera, en particular, transporta con ella sabores antiguos, ya que tiene su origen en viejas pipas desmanteladas.

«Sólo trabajo con madera de roble que es la mejor para hacer estas piezas. Toda es vieja y yo la recuperé. Después de haberla trabajado queda como nueva. Ojalá pudiera tener el vino que ha pasado por estas maderas», comenta. 


La fabricación de las barricas

José Mesquita nos invita a mirar atentamente y muestra cómo se curvan las duelas. Es un trabajo meticuloso y sistemático que pone de manifiesto décadas de práctica. Son maderas que, durante años, estuvieron embebidas en vino de Oporto y que sirven ahora para los mismos propósitos, sólo que a otra escala.

La forma redondeada de las pipas y toneles se logra porque las duelas, las tablas que forman el contorno del tonel, están sometidas a enormes tensiones.
Una vez reunida toda la madera también se usa hierro en forma de arcos. Empujados con el martillo, esos arcos van bajando a lo largo del cuerpo de la cuba «para forzar las duelas y unirlas todavía más».

Por último, hay piezas con capacidad para 6, 15 o 30 litros y los precios varían en función de los acabados. Con la misma dedicación de los «primeros días en este oficio» José elabora con ahínco copias fieles de los toneles gigantes, eternos habitantes de las bodegas del Duero.

En estas miniaturas todavía se deja descansar y envejecer el más ilustre producto que nace en las laderas del Duero, su exquisito vino.

Texto: Patrícia Posse | Daniel Faiões 

Horarios/Precios 
Contactos 
Propietario/Responsible
José Mesquita
Residencia
Sande, 5100 Lamego
Teléfono
+351 254 656677
Celular
+ 351 918223395
Latitud
41.12352608319882
Longitud
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