Covilhete: el saladito que nació del molde

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Covilhete: el saladito que nació del molde

La fama de la ciudad de Vila Real se (con)funde con la reputación del covilhete y viceversa. De aspecto dorado, esta empanada gruesa hecha de carne picada de ternera maronesa es una de las especialidades más características​...

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Presentación 

La fama de la ciudad de Vila Real se (con)funde con la reputación del covilhete y viceversa. De aspecto dorado, esta empanada gruesa hecha de carne picada de ternera maronesa es una de las especialidades más características y antiguas del municipio de Vila Real.

En tiempos pasados, el covilhete se asociaba a la fiesta de San Antonio, patrón de Vila Real. Relatos del s. XIX hablan de la existencia de casetas montadas en exclusiva para su venta. Más tarde, se popularizaron también en las fiestas del Señor del Calvario, de la Virgen de la Almudena y en Carnaval.

Con la aparición de restaurantes y casas de comidas a partir de 1880, los covilhetes, acompañados de arroz al horno, figuraban en los menús, al lado de la ternera o de las tripas. Su popularidad crecía y, en el s. XX había incluso quien recorría las calles llamando a las puertas para venderlos, colocados en bandejas de mimbre cubiertas con paños de lino.

Poco a poco, el covilhete fue haciendo las delicias de los habitantes de la ciudad y despertando la curiosidad y el apetito de los forasteros. Actualmente, es el rey y señor indiscutible de los productos gastronómicos de Vila Real.


Bautizados por su molde

Con aproximadamente diez centímetros de diámetro, el covilhete heredó su nombre del molde en el que se fabricaban antiguamente. «La denominación viene del cuenco grueso de barro negro, característico de nuestra región. Ahora, ya no se utilizan tanto esos moldes, porque se produce en grandes cantidades», aclara Rosa Maria Cramez, propietaria de Casa Lapão, uno de los establecimientos que produce y comercializa este saladito.

La receta inicial dictaba una masa hecha de harina, agua, aceite, sal y rilada (la grasa que rodea el riñón). Por el tipo de masa, esta especialidad debía consumirse caliente, nada más salir del horno. Cuando se popularizó, la carne maronesa pasó a envolverse con masa semihojaldrada con el objetivo de conservarse comestible durante más tiempo.

Rosa Maria asegura que la confección respeta las formas artesanales y eso es lo que dicta la calidad final. «Trabajamos los productos como se trabajaban en la época de nuestros abuelos y bisabuelos. La materia prima es de primera calidad y no lleva colorantes ni conservantes.»

Una vez amasada la harina con el agua y la sal, se forma una bola que se dividirá en otras de menor tamaño. Estas se untan con aceite y se dejan reposar. El relleno se hace con carne picada de ternera y cebolla, dejando que se enfríe.

La masa se extiende sobre una superficie plana y se unta con la rilada. Una vez enrollada, se aplica el mismo procedimiento a otra bola, que se enrolla sobre la anterior, y así sucesivamente hasta obtener un rollo con el diámetro deseado. 

El rollo final se corta en rodajas y con estas (especialmente las más imperfectas) se forran los moldes. A continuación, se coloca el relleno y se cubre con las rodajas con mejor aspecto, adhiriéndolas a las paredes de la empanada. Al final de la cocción, el covilhete presenta su típica cobertura, en forma convexa y en espiral. La duración de todo el proceso es de, aproximadamente, una hora.


Impresiones gustativas 

Solo en Casa Lapão se producen una media de 60 covilhetes al día y, los fines de semana, la cifra aumenta. Por eso, si pasa por Vila Real, no intente resistirse. Probarlo es una obligación y encontrarlo no resultará difícil, ya que se encuentra a la venta en varias pastelerías y cafés de la ciudad durante todo el año. 

«Se comen en el desayuno y en el almuerzo, con café, café con leche o zumo de naranja. La gente de más edad aún los compran para comer los fines de semana», revela Rosa Maria.

A los turistas puede resultarles extraño el nombre, pero el sabor del covilhete cala hondo y provoca el deseo de repetir. «Les cuesta mucho pronunciarlo y, cuando lo prueban, les encanta. En 2011, pasó por aquí un turista indio que estaba dando la vuelta al mundo y dijo que nunca había visto ni comido saladitos tan buenos como aquí».

 

 

Texto: Patricia Posse | Daniel Faiões

Horarios/Precios 
Casa Lapão:
De lunes a sábado: 8:30h-19h / Dom: 8:30h-13h y 15h-19h

Pastelaria Gomes:
Lun-Sáb: 8h-20h

Pastelaria Nova Pompeia:
Lun-Sáb: 8h-20h / Lunes: 8h-13h
Contactos 
Residencia
Casa Lapão
Rua da Misericórdia 53/55, 5000-653 Vila Real
+351 259 324 146 / +351 918 070 397
E-mail: casalapao@gmail.com

Pastelaria Gomes
Sede:
Rua António de Azevedo, 2/10, 5000-514 Vila Real
+351 259 309 710

Pastelaria Nova Pompeia
Av. Carvalho Araújo, nº 82, 5000-675 Vila Real
+351 259 338 080
E-mail: novapompeia@gmail.com
Latitud
41.29572008204307
Longitud
-7.744867467926042